los
Salones de la Injusticia
y
las falsas evidencias arden
en
un hermoso resplandor blanco
Sacude
las Cámaras del Congreso
y
abre las ventanas de par en par
para
que los discursos fatuos se vayan volando
La
risa de las mujeres desempaña
los
anteojos de los viejos;
les
contagia una gripe feliz
y
ellos se ríen como si fuesen jóvenes otra vez
Los
prisioneros en sus mazmorras
imaginan
que ven la luz del día
cuando
recuerdan la risa de las mujeres
Ella
corre a través de las aguas divididas
y
como una bengala que da la noticia a cada bando
reconcilia
las orillas hostiles
Qué
lenguaje éste, el de la risa de las mujeres
subversivo
y de alto vuelo
mucho
antes de la Ley y la Escritura
nosotros
escuchábamos esta risa y entendíamos la libertad.
Lisel Mueller
Estados Unidos
Estados Unidos
Hamburgo, Alemania, 8 de febrero de 1924
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