Amamos
los
nombres con los que nombramos las cosas exclusivas e íntimas.
Amamos
las
fibras que no pudimos dejar vivir.
Y
es entonces cuando los tallos se quiebran
y
aparece un limón en tu vereda;
cuando
el viento recarga los objetos
cuando
respondes con palabras obesas todo lo que ignoras.
Y
te fracasa la maternidad de los instantes del mundo.
Y
las mañanas con su caracol salpicado de rocío.
Y
pides a nadie que te alcance un rosario
cuyas
cuentas son de miga de pan.
Mª
Julia Magistratti
Argentina
Azul,
Buenos Aires, 1976
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