se
muda el ser, se muda la confianza;
el
mundo se compone de mudanza
tomando
siempre nuevas calidades.
De
continuo miramos novedades
diferentes
en todo a la esperanza;
del
mal queda la pena en la memoria
y
del bien, si hubo alguno, las nostalgias.
Vuelve
el tiempo a cubrir con verde manto
el
valle en que la nieve relucía:
igual
en mí se torna lloro el canto.
Y,
salvo este mudar de cada día,
mudanza,
hay otra de mayor espanto:
que
no se muda ya como solía.
Portugal
Lisboa, 4 de febrero de 1524/10 de junio de
1580
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