No cesas en mi alma. Siempre vuelves.
Tiene la noche
sus acacias blancas
y un rumor que
es de mar. Siempre retornas.
Noviembre crece
y morirá en mis manos.
Pienso en tu
sueño: todo lo que ignoro.
También la noche
muy amada, calla.
Tiene la lumbre
de los infinitos
y una
constelación que es sólo mía.
Ayer te había olvidado. Siempre olvido.
(Llega el
cansancio por las venas hondas
y hasta la noche
se retira al Este.)
Busco el
silencio porque tú lo amas;
y en el silencio
todas son presencias.
¡Canta voz mía!
¡No enmudezcas nunca!
Irma Cuña
Argentina
Neuquén, 2 de
septiembre de 1932
Neuquén, 16 de mayo
de 2004
No hay comentarios:
Publicar un comentario