Por el viejo parque
solitario y helado,
Hace un rato pasaron
dos formas.
Están sus ojos
vacíos, desvaídos sus labios,
Y sus palabras ni
siquiera se escuchan.
En el viejo parque
solitario y helado
Dos espectros
evocaron el pasado.
-¿Recuerdas nuestro
antiguo arrebato?
-¿Porqué tendría que
recordarlo?
-¿Aún tiembla tu
corazón al sonido de mi nombre?
¿Cuando sueñas, ves
mi alma todavía? –No.
-¡Ah, los días
pasados de dicha innombrable,
en que nuestras
bocas se unían! –Es posible.
-¡Qué azul era el
cielo, la esperanza qué inmensa!
-Huyó la esperanza,
vencida, hacia los cielos sombríos.
Así caminaban entre
las hierbas silvestres
Y sólo la noche
escuchó sus palabras.
Paul Verlaine
Francia
Metz, 30 de marzo de
1844
Paris, 8 de enero de 1896
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