Las hierbas son
silenciosas,
pero si el
viento las agitan, silban.
El agua calla,
pero si el aire
la mueve, repica;
las olas mugen:
algo las oprime;
la cascada se
precipita: le falta suelo;
el lago hierve:
algo lo calienta.
Son mudos los
metales y las piedras,
pero si algo los
golpea, rechinan.
Así el hombre.
Si habla,
es porque no
puede contenerse;
si se emociona,
canta;
si sufre, se
lamenta.
Todo lo que sale
de su boca
se debe a una
rotura…
Cuando el
equilibrio se fragmenta,
el cielo escoge
entre los hombres
aquellos más
sensibles y los hace hablar.
Han Yü
China
Nanyang, 768
Chang'an, 824
Versión de Octavio Paz
1 comentario:
Hermosa y profunda reflexión de Han Yu, todo tiene su voz, habla y grita cuando lo necesita.
Mi gratitud por estos originales poemas que nos dejas, Trini.
Mi abrazo y mi cariño.
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