las pestañas de
mi madre roen el cielo.
detrás de su
espalda, la implosión del jardín,
la hierba
embebida de sol, a punto de caer el pino.
mi padre se pone
su gorro de cuero,
entorna los ojos
ante lo que ciega,
abre la puerta,
entra en la nieve
y todos los días
no regresa blanco.
desde entonces
no hago poemas,
tan solo
invierto nombres,
voy arando
campos
para desentrenar
a los soldados
de mi guerra.
Natalia Litvinova
Bielorrusia
1986
1986
1 comentario:
bello tu texto Natalia
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