¡Jazminero, tan
frágil y tan leve
que bastara con
un soplo de aliento
para que
disipases en el viento
tu intacta
castidad de plata y nieve!…
Tu pureza me
evoca aquella breve
mano de espumas
y de encantamiento,
que ni siquiera
con el pensamiento
mi corazón a
acariciar se atreve.
Con su blancura
a tu blancura iguala;
con tus piedades
sus piedades glosas…
Como tú, tiene
el corazón florido;
y, también como
tú, también exhala
sobre el eterno
ensueño de las cosas
un perfume de
amor, luna y olvido.
Francisco
Villaespesa
España
Laujar de
Andarax, Almeria, 14 de octubre de 1877
Madrid, 9 de
abril de 1936
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