¡ya
no es la tierra que quería ver!
Aunque las faisanas empollan
y
lloran los cucos en la estación debida.
Mi alma ya no tiene tierra natal,
es
una nube que flota hacia un puerto lejano.
Hoy también subo yo solo al extremo de la
montaña,
las
flores de puntos blancos sonríen cariñosas,
pero
no se oye la flauta de hojas que soplaba de niño
y
la amargura la siento en los labios secos.
A mi tierra, aunque haya vuelto a mi tierra,
¡sólo
es azul y alto el cielo que quería ver!
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