04 diciembre 2018

Antonella Anedda: Residencias invernales

Piensa en los instrumentos de la casa
el martillo en la sombra del desván
los clavos dispersos sobre el paño, la sierra,
la perforación helada de la cesta.
Han apagado fuego y faros
han cerrado las persianas de madera
cada habitación  conoce solamente
una línea de luna invernal.
Cubiertos el diván y las sillas
derramados una botella y un vaso
disueltas las sales
en la bruma de las sábanas y de la oscuridad.

 Con cuidado el invierno prepara su desventura
con intrigante obsesión amontona luz sobre la nieve
amaestra los pájaros uno a uno
en el frío de los hilos y de las ramas, en las camas sólo de red
en las ondas de los colchones
que expuestos al viento se desempolvan.
Nada ofusca la casta belleza de esta miseria
el tizón quema en la chimenea lejana
el agua se recoge más allá
en cuencas de quietud doméstica, en casas lucientes
desde las avenidas hasta el portón.

 El invierno dispone de su tiempo
como pan lo pone sobre el borde de una piedra
con calma recoge mi mirada
tu cuello, el geranio agujereado por el gorrión
el papel mojado por la lluvia.
La llave se mece en el gesto nocturno.
Cuenta los pasos, cuenta las astillas de las vigas entre los zapatos.
Ahora iremos lejos
cuerpo a cuerpo
en el breve espacio que nos han asignado.
Aún capaces de lanzar sombras en los muros
aún  mortales.
Antonella Anedda
Italia
Roma, 22 de diciembre de 1955

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