Iluminado como estaba
intenté enhebrar
la lengua de mi madre
en los caminos sin hilo
-¿Para qué quiere Dios tener
mi corazón? Si ya es dueño
del silencio y de todas las palabras
que ensarta una tras otra
en este o aquél dolor
Tiempo suspendido poesía
que sólo se revela
sobre los ríos de sangre
Miguel Veyrat
España
Valencia, 28 de julio de 1938
No hay comentarios:
Publicar un comentario