y se asoma al hueco breve de su impronta.
Cuando llegó
sin haberlo previsto
el sol quebró su cápsula rojiza
y sorprendió un quejido de escorpiones.
Quizá entonces no pensara en la estampida
y fuera un simple juego comenzar
pero hoy el sol es una moraleja.
Con su abolida oscuridad de cobres
oculta una nostalgia entre los hombros
y destruye el cascarón
oyendo voces
quizás pasos ascendiendo la escalera
o algún ruido inusual
inesperado.
Una mujer de lejos se convence
desdice sus arranques y sus duda
con tal de que alguien quiera responderle
de que alguien quiera amar
de que alguien pueda.
Una mujer recoge caracoles
insuficientes como cuello de botella
y cuelga en su cadena una angustia amarilla.
Disfraza cuanto puede su estirpe de ermitaño
pidiendo a gritos una desbandada
y el corazón se vuelve un rótulo impreciso
que dice ya no puedo.
3 comentarios:
Lo que dan de sí las musas, en la mirada perdida de unos raíles.
Besitos :)
No Conocía a esta poeta. Es genial. Me ha llenado la cabeza con imágenes fabulosas. Me ha hecho pensar en Dalí.
Abrazos desde Copenhague nevada,
Ian.
"Breve" pero intensa historia. No conocía la obra de esta mujer, pero este poema te envuelve desde el primero hasta el último verso.
Besos
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