Feliz quien junto a ti por ti suspira!
¡quien oye el eco de tu voz sonora!
¡quien el halago de tu risa adora
y el blando aroma de tu aliento aspira!
Ventura tanta -que envidioso admira
el querubín que en el empíreo mora-
el alma turba, al corazón devora,
y el torpe acento, al expresarlo, expira.
Ante mis ojos desparece el mundo,
y por mis venas circular ligero
el fuego siento del amor profundo.
Trémula, en vano resistirte quiero...
de ardiente llanto mi mejilla inundo...
¡deliro, gozo, te bendigo y muero!
Gertrudis Gómez de Avellaneda
Cuba
Cuba
2 comentarios:
Qué drama fue la vida de esta mujer y qué difícil serlo -mujer y creadora, quiero decir- en una época donde reinba el convencionalismo.
Un abrazo.
Impresionante el poema, en él nos muestra su gran sensibilidad, su dolor y su amor a las letras. Mi gratitud por esta preciosidad que nos dejas TRINI. Mi abrazo de luz y espero que todo vaya bien, amiga.
M.Jesús
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