Yo iba a los
bailes en Chandlerville
y jugaba en
Winchester al cambio de parejas.
Una vez que
cambiamos parejas,
de vuelta a casa
en coche a la luz de la luna de mediados de junio,
me encontré a
Davis.
Nos casamos y
vivimos juntos setenta
años gozando,
trabajando, criando doce hijos,
de los que ocho
murieron
antes que yo
cumpliera los sesenta.
Yo hilaba, yo
tejía, manejaba mi casa, cuidaba enfermos,
cultivaba el
jardín y los días de fiesta
vagaba por los
campos en que cantaban las alondras,
y en las orillas
del Spoon River recogía mucha concha,
y mucha flor y
hierba medicinal,
gritando a las
colinas llenas de bosques,
cantando a los
verdes valles.
A los noventa y
seis ya había vivido suficiente, eso es todo,
y pasé a un dulce
reposo.
¿Qué es lo que
oigo decir de tristeza y fastidio,
mal humor,
descontento y falta de esperanzas?
Degenerados hijos
e hijas.
La vida es
demasiado fuerte para vosotros.
Amar la vida
quiere vida.
Edgar Lee Masters
Estados Unidos
Garnett, Kansas, 23
de agosto de 1868
Elkins Park,
Pensilvania, 5 de marzo de 1950
Tradución de José
Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal
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