12 diciembre 2016

Ricardo Cuéllar Valencia, Elegía I

Nada me deslumbra más que tu sencillez
En cada palabra y gesto que dibuja tu cuerpo
Luz viva de la vida viviéndose
Luz viva de la vida mirándose
Y como una gota ardiendo en soledad que se derrite.
Gozo al observarte tímida y tierna, franca y limpia.
Oigo tu corazón perturbado, dubitativo,
nublado, tal vez, apretando la sangre
zarandeándolo para escuchar su joven música
al ritmo de otro canto, de una fiesta que se anuncia.
La vida nos une de la mano del azar
en un dulce juego, extraño y travieso.

Zagala encantadora, déjame acariciar tu corazón.

Ricardo Cuéllar Valencia
Colombia
Calarcá, 1946

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