De
la noche en el vago silencio,
cuando
duermen o sueñan las flores,
mientras
ella despierta, combate
contra
el fuego de ocultas pasiones,
y
de su ángel guardián el auxilio
implora
invocando piadosa su nombre,
el
de ayer, el de hoy, el de siempre,
fiel
amigo del alma, Mefistófeles,
en
los hilos oculto del lino
finísimo
y blanco cual copo de espuma,
en
donde ella aún más blanca reclina
la
cabeza rubia,
así
astuto y sagaz, al oído
de
la hermosa en silencio murmura:
«Goza
aquél de la vida, y se ríe
y
peca sin miedo del hoy y el mañana,
mientras
tú con ayunos y rezos
y
negros terrores tus horas amargas.
Si
del hombre la vida en la tumba
¡oh,
bella!, se acaba,
¡qué
profundo y cruel desengaño,
qué
chanza pesada
te
juega la suerte,
le
espera a tu alma!»
España
Santiago
de Compostela, 24 de febrero de 1837
Padrón,
15 de julio de 1885
1 comentario:
La lucha entre la fé y la duda...entre el bien y el mal... entre la carne y el espíritu...Ahí está el hombre para elegir libremente.
Mi abrazo.
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