Dijiste: ¡Para
siempre!.
Y te marchaste,
breve, entre los pinos.
Y yo - ¡Dios mío!
- me iba preguntando:
¿Qué haré con
tanta tarde entre las manos?
¿Qué haré cuando
me enrede entre las horas?
¿Cuando la
estrella clave en mí su nombre?
¿Qué harás,
corazón mío?
Y ahora - ya el
tiempo alfanje entre nosotros-
me sigo
preguntando:
¿Qué haré con
tanta tarde, con tanto corazón,
con tanto barro,
si no tengo tus
ojos para alzarme?
Julio
Mariscal
España
Arcos de la
Frontera, Cádiz, 1922 / 1977
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