Déjame
que te diga algo, hijo:
La
vida para mí no ha sido una escalera de cristal.
La
escalera ha tenido tachuelas,
Y
astillas,
Y
tablones levantados,
Y
lugares en los que no había ni alfombra-
Pelados.
Pero
en ningún momento
He
dejado de subirla,
Ni
de alcanzar rellanos,
Ni
de torcer recodos,
Y a
veces, he avanzado en la oscuridad
Allí
donde no había luz.
Así
que, no te des por vencido, hijo.
No
te quedes abajo
Porque
descubras que es difícil el ascenso.
No
decaigas ahora-
Ya
ves, cariño, que yo aún sigo,
Yo
todavía sigo subiendo,
Y
la vida para mí no ha sido una escalera de cristal.
Langston
Hughes
Estados
Unidos
Joplin,
Misuri, 1 de febrero de 1902
Nueva
York, 22 de mayo de 1967
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