Setenta balcones
hay en esta casa,
setenta balcones y
ninguna flor.
¿A sus habitantes,
Señor, qué les pasa?
¿Odian el perfume,
odian el color?
La piedra desnuda
de tristeza
¡dan una tristeza
los negros balcones!
¿No hay en esta
casa una niña novia?
¿No hay algún
poeta lleno de ilusiones?
¿Ninguno desea ver
tras los cristales
una diminuta copia
de jardín?
¿En la piedra
blanca trepar los rosales,
en los hierros
negros abrirse un jazmín?
Si no aman las
plantas no amarán el ave,
no sabrán de
música, de rimas, de amor.
Nunca se oirá un
beso, jamás se oirá un clave...
¡Setenta balcones
y ninguna flor!
Argentina
San Telmo, Buenos
Aires, 15 de noviembre de 1886
Buenos Aires, 7 de junio de 1950
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