Ningún deseo en este domingo
ningún problema en esta vida
el mundo paró de repente
los hombres quedaron callados
domingo sin fin ni comienzo.
La mano que escribe este poema
no sabe que está escribiendo
Brasil
Itabira, Minas Gerais, 31 de octubre de 1902
Río de Janeiro, 17 de agosto de 1987
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