Granada, lucejones... Las bermejas
torres de Alhambra. Y, en el cielo, duras
nubes de ágata cárdena. (Figuras
de leones, serpientes y cornejas).
Y el agua sola, palpitante, el agua,
corazón, rompe la silente angustia
con su romance. En un calor de fragua,
el crepúsculo trágico se mustia.
Melancolía... ¡No! Desesperanza,
reproche de lujuria indefinible...
Y, a pesar de canciones, en tu espejo
está, Maestro, toda la añoranza
granadí, toda la verdad terrible,
¡todo el dolor de aquel resol bermejo!
España
Sevilla, 29 de agosto de 1874
Madrid, 19 de enero de 1947
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