¿De qué balcón colgaste
Las sábanas blanquísimas
Estampadas en tu cuerpo de verónica?
Lloran las ventanas,
Las paredes lloran.
Los hijos que no has parido nunca
Invocan tus senos de verdades
Rendidas en la tierra
Ante jacas infértiles,
Eternamente locas.
Ya no hay mañana para ti. Se fueron
Las últimas estrellas de tus noches de agosto.
¿Cómo te has muerto ahora
En estas alcobas tan de barro,
Tan de misterio, sin sangrar los besos?
Ya no vendrán los pinos
A llorar con sus larvas plañideras,
Ni tu boca dirá las palabras de siempre.
Te has ido
Y parece que aún no habías llegado
A anunciar por las calles
Tu muerte vespertina.
Ya no te morirás. Tu cuerpo aguarda
La llegada de todos los veranos,
Del otoño, del hielo. Tu semilla
La tienes ya sembrada:
Recogerás abrojos,
cardos,
España
La Alberca, Salamanca, 1953
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