Escuché
tu canción
en
el silencio de la noche.
De
dónde venía o por qué
pareció
atravesarme el corazón
como
brusco zarpazo impredecible
son
razones que supe sin saber.
Y
tú no estabas, tú no debías estar
para
que tu canción llegara
con
la fuerza de un salto, de una flecha,
con
el simple deseo de otro cuerpo
que
ha hecho de la espera su deseo.
España
Gijón,
1967
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