cantando.
Y
se quedará mi huerto con su verde árbol,
y
con su pozo blanco.
Todas
las tardes el cielo será azul y plácido,
y
tocarán, como esta tarde están tocando,
las
campanas del campanario.
Se
morirán aquellos que me amaron
y
el pueblo se hará nuevo cada año;
y
lejos del bullicio distinto, sordo, raro
del
domingo cerrado,
del
coche de las cinco, de las siestas del baño,
en
el rincón secreto de mi huerto florido y encalado,
mi
espíritu de hoy errará, nostáljico...
Y
yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin árbol
verde,
sin pozo blanco,
sin
cielo azul y plácido...
Y
se quedarán los pájaros cantando.
Juan
Ramón Jiménez
España
Moguer,
Huelva, 24 de diciembre de 1881
San
Juan, Puerto Rico, 29 de mayo de 1958
1 comentario:
Delicioso poeta.
Publicar un comentario