Hay
suficiente traición y odio, violencia,
necedad
en el ser humano corriente
como
para abastecer cualquier ejército o cualquier
jornada.
Y
los mejores asesinos son aquellos
que
predican en su contra.
Y
los que mejor odian son aquellos
que
predican amor.
Y
los que mejor luchan en la guerra
son
–al final- aquellos que
predican
Paz.
Aquellos
que hablan de Dios
necesitan
a Dios.
Aquellos
que predican paz
no
tienen paz.
Aquellos
que predican amor
no
tienen amor.
Cuidado
con los predicadores
cuidado
con los que saben.
Cuidado
con aquellos que están siempre
leyendo
libros.
Cuidado
con aquellos que detestan
la
pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado
con aquellos de alabanza rápida
pues
necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado
con aquellos que censuran con rapidez:
tienen
miedo de lo que no conocen.
Cuidado
con aquellos que buscan constantes
multitudes;
no
son nada solos.
Cuidado
con
el
hombre corriente
con
la mujer corriente.
Cuidado
con su amor.
Su
amor es corriente, busca
lo
corriente.
Pero
es un genio al odiar
es
lo suficientemente genial
al
odiar como para matarte, como para matar
a
cualquiera.
Al
no querer la soledad
al
no entender la soledad
intentarán
destruir
cualquier
cosa
que
difiera
de
lo suyo.
Al
no ser capaces
de
crear arte
no
entenderán
el
arte.
Considerarán
su fracaso
como
creadores
sólo
como un fracaso
del
mundo.
Al
no ser capaces de amar plenamente
creerán
que tu amor es
incompleto
y
entonces te
odiarán.
Y
su odio será perfecto
como
un diamante resplandeciente
como
una navaja
como
una montaña
como
un tigre
como
cicuta
Su
mejor
Arte.
Charles Bukowski
Estados Unidos
Andernach, Alemania, 6 de agosto de 1920
San Pedro, California, Estados Unidos, 9 de marzo de 1994
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