Majestuosamente
sobre una hoja de nenúfar
está
sentado un Buda verde húmedo
con
ojos como joyas,
frío
y confiado
con
las plantas trepadoras
y
animales descendentes.
Tu
verrugosa sabiduría
que
te estira la piel
y
la boca que se ensancha
en
una dolorida sonrisa de viejo
le
dice a cada niño que tu reino
es
verdaderamente de este mundo.
¿Quién
se atreve a adorarte?
Harald
Sverdrup
Noruega
Buksnes,
29 de mayo de 1923
Tønsberg,
26 de junio de 1992
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