Estoy muy
cansada: cual fuego casi extinto.
El perro caza
moscas. Cae la lluvia,
que tan pronto
bendigo como maldigo.
Y el viento del
atardecer no se lleva más que
naderías. Los
sentimientos más nimios.
Ora esto, ora lo
otro.
Temblando por el
frío de la lluvia,
la amarga hierba
se encorva ante el viento.
Yo estoy a
cubierto y como en casa.
Y en los anchos
caminos de los prados
brotan los
primeros hongos.
Se podría estar
tranquilo y feliz.
El mundo es
redondo y está cubierto de un manto verde.
Todo es sólo un
etcétera.
Y aun cuando
está nublado, hay luz.
Todo eso viene
de dentro.
Fuera hay
abedules, hierba y piedra.
Pero hay que
empezar por uno mismo.
Y cuando también
eso es difícil, entonces, ¿qué?
Eva Strittmatter
Alemania
Neuruppin, 8 de
febrero de 1930
Berlín, 3 de
enero de 2011
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