Van muriéndose
uno tras otro;
echar tierra
sobre ellos se ha vuelto tan natural
como echarle sal
a la comida.
Son todos de la
misma generación, mi familia,
o más exactamente,
de la misma época,
y los hijos de
una época son como los perros de un trineo:
en su búsqueda
del oro
o corren todos o
se desploman juntos.
No es
matemática,
más bien un
peine, un peine que domara un cabello rebelde
después de un
loco amorío, frente al espejo.
Luljeta Lleshanaku
Albania
Elbasan, 2 de
abril de 1968
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