Déjame ir, saca
tus manos de mi corazón,
Libera mi alma
que está en tu camino,
Me despido,
sueño, que me ayudaste a reconocerme,
Me despido,
lugar, que estás lleno de pena.
Déjame ir, tengo
que evitar el deleite,
Después de todo,
nuestros caminos serán distintos.
Lo sé, tú
permanecerás como una virgen, pura como eres ahora,
Y quizás yo no
estaré capacitado para vivir en libertad.
Déjame ir, y
pediré a Dios que te abra las puertas
Déjame ir, deseo
deshacerme de todo.
Mi corazón,
tropieza por el permiso tuyo
Incluso si muero
con mi amor puro y blanco
Déjame ir!
Aazam Abidov
Uzbekistán
Namangan, 8 de noviembre de 1974/
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