Habrá estrellas
sobre el lugar por siempre;
Aunque la casa
que amamos y la calle que nos encantó se pierdan,
Cada vez que la
tierra circula su órbita
En la noche en
que se atraviesa el equinoccio de otoño,
Dos estrellas
que sabíamos, posadas en el pico de la medianoche
Llegarán a su
cenit; profunda será la quietud;
Habrá estrellas
sobre el lugar por siempre,
Habrá estrellas
por siempre, mientras nosotros dormimos.
Estados Unidos
San Luis, Misuri
, 8 de agosto de 1884/
Nueva York,
Nueva York, 29 de enero de 1933
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