Cuando me siento
a salvo, puedo amar.
¿Pero tocarás a
alguien?
Me dije que
si no tenía nada
el mundo no
podía tocarme.
En la bañera,
observo mi cuerpo.
Se supone que es
lo que tenemos que hacer.
¿Y también tu
cara,
tu cara en el
espejo?
Estaba alerta:
cuando me tocaba
no sentía nada.
¿Entonces,
estabas a salvo?
Nunca estuve a
salvo, ni siquiera cuando más escondida estaba.
Incluso entonces
estaba esperando.
¿Y no podías
protegerte?
Lo absoluto
desgasta; el
límite, el muro
que hay entorno
al yo desgasta.
Si estaba esperando,
había sido
invadida por el
tiempo.
¿Pero crees que
eres libre?
Creo que
reconozco las pautas de mi carácter.
¿Pero crees que
eres libre?
No tenía nada
e igual cambié.
Me quitaron mi
insensibilidad
como un traje.
Después
vino el
ansia.
Louise Glück
Estados Unidos
Nueva York,
Nueva York, 22 de abril de 1943
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