Una caverna que
todo lo traga,
esa es la boca
de Dios.
Unos la llaman
muerte
y otros nirvana,
por eso de la
quietud.
El paraíso es un
rayo de luz
sobre el mar en
la infancia
y después todo
es oscuridad.
Que no te engañe
la campana del
éxito,
pues su badajo
descansa
casi toda la
vida
hasta que llegas
en su silencio
a la boca de
Dios.
Marco Martos
Perú
Piura, 29 de
noviembre de 1942
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