Lo que quedará
de mí: cuatro hijos
(mi coartada
humana).
Y puede que una
bonita fotografía
que se me
parezca.
Que me muestre
riendo.
No enseño la
cara que pongo
cuando lloro.
Quedarán
entonces: los poemas.
Puede que dos o
tres sigan siendo conocidos
durante un poco
más de tiempo que el resto.
Y eso también
pasará.
Es curioso saber
eso
y volver a
levantarse.
Y tener que
seguir viviendo
como si fuera
para siempre.
Eva Strittmatter
Alemania
Neuruppin, 8 de
febrero de 1930
Berlín, 3 de
enero de 2011
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