Noche de enero,
grande y fría como mi hastío;
He visto
tristemente morir la luna; el mar
abrió el regazo
inmenso de sus aguas profundas
para guardar en
él toda su claridad…
¡Oh, quién fuera
esta noche el orfebre divino
que hace mundos
redondos para verlos rodar!…
¡Yo arrancaría
del seno del mar la luna muerta
y la volvería al
cielo para verla brillar!…
Saulo Torón
España
Telde, 24 de junio de 1885
Las Palmas de Gran Canaria, 23 de enero de 1974
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