Como
la torcaza que de transparencia en transparencia
anuncia
muy claro lo que no sabe decir
mi
madre voló llevándose con ella todo el repertorio
duplicó
lo que no dijo puso en eco el viejo acento familiar
y
me dejó sin oído buscando sonidos reconocibles
indicios
de letra viva bajo la campana fónica del tiempo
porque
si es cierto que la voz se escucha desde lejos
aunque
nos tomen por locos tenemos que atrapar
en
el espiritismo de esa garganta profunda
un
idioma para hablar con los muertos.
Tamara
Kamenszain
Argentina
Buenos
Aires, 1947
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