25 marzo 2011

Pedro Salinas, Tú no puedes quererme

Tú no puedes quererme:
estás alta, ¡qué arriba!
Y para consolarme
me envías sombras, copias
retratos, simulacros,
todos tan parecidos
como si fueses tú.
Entre figuraciones
vivo, de ti, sin ti.

Me quieren,
me acompañan. Nos vamos
por los claustros del agua,
por los hielos flotantes,
por las pampas, o a cines
minúsculos y hondos.
Siempre hablando de ti.
Me dicen:
"No somos ella, pero
¡si tú vieras qué iguales!"
Tus espectros, que brazos
largos, que labios duros
tienen: si, como tú.

Por fingir que me quieres,
me abrazan y me besan.
Sus voces tiernas dicen
que tú abrazas, que tú
besas así. Yo vivo
de sombras, entre sombras
de carne tibia, bella,
con tus ojos, tu cuerpo,
tus besos, si, con todo
lo tuyo menos tú.
Con criaturas falsas,
divinas, interpuestas
para que ese gran beso
que no podemos darnos
me lo den, se lo dé.

Pedro Salinas
España
Madrid, 27 de noviembre de 1891

Boston, Massachusetts, Estados Unidos, 4 de diciembre de 1951
Photobucket

3 comentarios:

M. J. Verdú dijo...

¡Qué bella poesía de tan grande escritor! Emociona leerla.

Un placer pasar por tu casa virtual, querida Trini.

Maritza dijo...

Ay...qué tremendamente duro...

Hermosamente escrito, por cierto.
Grandes escritores nos presentas siempre,Trini. Y eso se agradece mucho.
De corazón.

UN ABRAZO MÁS GRANDE AÚN.

elena clásica dijo...

Querida Trini:

Pedro Salinas, el gran poeta del amor antirromántico, el que ama y su amor se vuelve plenitud, luz y correspondencia. Parece entrever ahora la inseguridad en la falta de retorno del amor que el entrega.
La amada, está más alta, demasiado arriba para poder ya comunicarse con él. Este ensalzar a su adorada protagonista de corazón abre un poema esplendoro, pues él no estará nunca en el mundo elevado de ella, no la podrá seguir hasta allí por más que ella, generosa, le envíe sombras, simulados espectros de sí misma.
El amor es real y correspondido.
La comunicación es incierta. Parece que Salinas a través de la poesía quisiera explorar una manera de llegar a la mujer, más allá de los límites impuestos por la razón y el lenguaje.

¡Me encanta!
Besazos, Trini querida.