Yo pasaré y apenas habré sido,
-frágil destino de mi pobre arcilla-.
Hijo, cuando yo no exista,
tú serás mi carne, viva.
Verso, cuando yo no hable,
tú, mi palabra inextinta.
Ángela Figuera Aymerich
España
Bilbao, 30 de octubre de 1902
Madrid, 2 de abril de 1984
4 comentarios:
La vida , ese bello relampago !!Todo es fugaz. ¡HERMOSO !
Muchos besos.
Querida amiga Trini: Me es grato entrar y ver la imagen de la madre en el cariño y regada por el recuerdo. Yo tengo a la mia muy malita y ello es un dolor constante y defraudante.
Un abraciño,
Rosa María Milleiro
Perdurar através de los hijos, el mejor legado.
Besos
Trini, hermosísimo poema, cada palabra es un tesoro que llena de emociones el corazón... Perdurar a través de nuestros hijos, casi nos convierte en inmortales...¡me ha encantado el poema!
Un abrazo con brisas de primavera.
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