yo distingo sus pasos. Sé
cómo va vestida; lo que piensa;
qué música prefiere. No me importa
su nombre o dónde vive
o en la casa de quién. Y todavía
mucho menos aún qué hará mañana
y hacia dónde se irá: qué oscuros trenes
la envolverán con su jadeo sordo:
qué manos retendrán su mano fría.
Ella camina ahora y yo la siento
cerca de mí: real; cansada; siempre
con ojos asombrados esperando
que algo nuevo suceda; algo que cambie
el monótono ritmo de las horas:
un gesto acaso que ella entendería
y no sabe cuál es. Sólo la noche
acompaña sus pasos desolados
le da cobijo entre las multitudes.
Sólo la noche -como yo- la espera.
3 comentarios:
Precioso!!! Como no podía ser menos de un genial poeta.
Besos
Impresionante y profundo poema nos dejas.El poeta espera a la mujer, sin miedo, sin prejuicio...oteándola como un águila en el paisaje de la noche...Mi gratitud y mi abrazo siempre, Trini.
Feliz semana, amiga.
M.Jesús
Un poema de soledades comprendidas por quien se sabe solo acompañado por la vaguedad de los sonidos nocturnos que se vuelven precisos en Ella. Ella, que es todas.
Qué buena elección, Trini.
Un beso.
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