Los
antiguos hablaron de la Musa.
Del
Numen Don Manuel Josef Quintana
(naturalmente,
entre signos de admiración).
Otros
de ángel, de duende, de un dedo celestial
y
otros mil artilugios
que
en un Pérez -afirman- levantan un Poeta.
La
experiencia prefiere dejarse de cumplidos:
obstinada,
nos habla
más
bien de madres locas, de padres coroneles,
de
palizas borrachas
o
largas tardes grises meditando la lluvia
en
la ventana de la soledad
como
si cada verso tuviera en su pasado
un
niño con las alas malheridas.
Miguel d`Ors
España
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Santiago de
Compostela, 25 de diciembre de 1946
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