He
venido para brotar
vida
en el desierto,
columbrando
tu ser
en
el jugoso tacto.
Ojos
brillantes, brunos
como
la noche estrellada
entre
arenosas dunas
tornadas
en gigantes mudos.
Intimo
cuánta luz
pesa,
para proseguir
la
senda sinuosa y oscura
que
andan mis pasos.
No
sé qué me esperará,
pero
sí que el corazón
lo
guardan tus labios.
Pedro Luis Ibáñez Lérida
España
España
No hay comentarios:
Publicar un comentario