Sé que voy a morir
antes del próximo invierno. Pero he sembrado las patatas, el trigo y las
cebollas. Sigo dando de comer a las gallinas y a los cerdos, aunque sé que voy
a morir antes de las heladas.
Limpio
meticulosamente la casa y los corrales. Me levanto y me acuesto cada día a mi
hora. Sigo haciendo la comida y el café. Me limpio los dientes después de las
comidas. Sigo leyendo el periódico y cosiendo la ropa. He comenzado una bufanda
y unos calcetines para el próximo otoño.
Salgo a la calle a
hablar con los vecinos. Estoy pintando la fachada de la casa y las paredes de
la casa. Me tomo las medicinas que me ha mandado el médico. Persevero en el
rezo de mis oraciones.
He reanudado una
amistad que tenía perdida. Canto de vez en cuando. Lloro de vez en cuando. He
plantado las flores de mi tumba.
Todavía me enfado
con mis hijos si no han hecho los deberes. De vez en cuando voy a la peluquería
y una vez al mes voy a mirar zapatos.
He contratado un
viaje a la ciudad de Viena y un entierro sencillo. Tengo mi cama preparada y la
ropa que me pondrá el amigo que he recuperado.
Cada noche, pienso
en las cosas que aún no he podido hacer y, si recuerdo algo, lo hago al día
siguiente.
Creo que cuando
lleguen los azules momentos del invierno, estaré todavía trabajando.
Isla Correyero
España
3 comentarios:
Creo haber leído ya esta historia y también creo recordar que se titula "Terminal".
Un cordial saludo.
Así es. Olvidé ponerle el nombre al poema. Gracias
Me encantó esta forma de seguir luchando por la vida, de seguir sintiendo y estar en movimiento a pesar de temores y certezas...
Gracias por traerla, Trini.
Mi abrazo y mi cariño, amiga.
M.Jesús
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