13 noviembre 2016

Alberto Arvelo Ramos, Ars poética

a Orlando Araujo

Minúsculo poema.
Giraba sobre sí
con tentáculos
de hierro luminoso.
Parecía bola viva.

Debajo de los versos era
otra bola pequeña
y durísima,
más azul que la muerte.

Se movía
en la respiración de las palabras.
Se mecía de tristeza.
Era el corazón inhumano
de la voz.

No respeta al decidor.
No lo castiga.
No lo expresa. No le da otra función.
Sólo la única
de constructor de nadas magníficas.
Alberto Arvelo Ramos
Venezuela
Caracas, 1936/ Mérida 18 de junio de 2010

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