«Mira,
ése de ahí,
es poeta»,
dice.
Y la amiga
mueve ligeramente
la cabeza,
y te mira un instante
(como miraba en el museo
aquellas cosas viejas),
y luego remueve un poco
su café,
y le contesta
que a ella Bécquer
le parecía guay.
Karmelo Iribarren
España
San Sebastián, 19 de septiembre de 1959
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