En
el corazón de cada árbol
se
ha estremecido la medianoche.
La
noche se desmenuza
en
lenta procesión de niebla.
Todas
las tardes terminan su cansancio.
Los
letreros luminosos duermen
el
asombro de sus colores
y
anticipan la contemplación de cada pobre.
En
toda esquina vigila el sueño
y
es tu recuerdo la única pena
que
humilla la altivez de las aceras.
Lejos,
el primer mendigo,
traiciona
el portal donde ha dormido.
Y
la ciudad se abre como una carta
para
decirnos la sorpresa de sus calles.
Norah
Lange
Argentina
Buenos
Aires, 23 de octubre de 1905
Buenos
Aires, 5 de agosto de 1972
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