y
mi ser se estremece de contento
cuando
mi nombre de tu linda boca
embalsamado
sale con tu aliento.
Y
yo Rosa, te encuentro tan divina,
que
un ángel envidiara tus hechizos,
tan
pura como el aura vespertina,
jugando
de las olas con los rizos.
Eres
tú la ilusión de mis amores
y
la diosa de mi alma enamorada,
isla
preciosa de benditas flores
en
un mar de pureza colocada.
Ensueño
sacrosanto de ternura,
mi
grande aspiración es poseerte;
si
se agita la flor de mi ventura
el
desengaño me dará la muerte.
Antonio
Plaza
México
Guanajuto,
2 de junio de 1833
Ciudad
de México, 26 de agosto de 1882
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