la
oscuridad la alumbra,
el
ocaso es su aurora…
Se
empieza a oír la sombra desde lejos
cuando
el cielo está limpio aún sobre los árboles
como
una pampa verdeazul, intacta,
y
el silencio recorre
los
quietos laberintos de arrayanes.
Llegará
el sueño: alerta está el insomnio.
Antes
que caiga la cortina oscura,
gritad
al menos, hombres,
como
el pavón metálico que grazna su lamento
desgarrado
en la rama de la araucaria.
Gritad
con voces múltiples,
piad
entre la enredadera,
entre
las hiedras y rosales trepadores.
Buscad
refugio en las glicinas
con
los gorriones y zorzales
porque
avanza la onda de la noche
y
su ausencia de luz,
y
su implacable huésped
de
suaves pasos, el peligro…
España
Valladolid,
3 de junio de 1898
Madrid,
7 de agosto de 1994
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