Ella dice que
Alicia no puede estar en el poema porque
es solamente una
metáfora de la niñez
y un poema ya es
una metáfora
así que
tendríamos una metáfora
dentro de otra
metáfora. ¿Ven?
Asienten todos.
Ven. Menos la chica
con la cabeza en
la madriguera. Desde esta perspectiva,
su culito parece
un panda blanco y negro
visto de atrás.
Y de hecho tiene uno
en la parte
interna del brazo.
Claro que tieso
y sin vida.
¿Quién iba a
atreverse a tener un oso de verdad tan cerca de la oreja?
Se pregunta por
los posibles daños que podría sufrir
si cayera hasta
el fondo de la oscuridad a través de la que mira.
Criaturas
extrañas cantarían canciones en las que
sílabas curiosas
le pondrían al final un sibilante punto final.
Tal vez los
sonidos serían una forma de la luz que sisea.
Como cuando una
morsa sopla
entre dos
incisivos fracturados. Tal vez tomarían
la forma de una
serpiente. Pero, de haber serpiente, haría falta un árbol.
¿Podría hacer
crecer uno de una semilla? Y con otra, ¿podría hacer un gato?
Sentarlo en una
rama y que volviera a desaparecer en cuanto le
dijeran que ese
ruido feo que se escucha es el pensamiento racional
que golpea la
puerta del bosque con un hacha.
Mary Jo Bang
Estados Unidos
Waynesville, Misuri, 22 de octubre de 1946
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