La calma encuentra al borde del bosque
un oscuro animal de caza.
Al pie de la colina acaba silencioso el viento de la
tarde,
enmudece la queja del mirlo
y la flautas dulces del otoño
se callan en sus tubos.
En una nube negra
transitas, ebrio de adormideras,
el estanque nocturno,
el cielo de estrellas.
Se oye sin cesar la voz lunar hermana
a través de la noche espiritual.
Georg
Trakl
Austria
Salzburgo 3 de febrero de 1887
Cracovia, Polonia, 3 de noviembre de 1914
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