Ya tuve esta
neblina que pesa como un monte,
ya tuve este
delirio,
ya tuve este
fantasma y lo creí persona,
ya tuve casi el
sueño,
y agonicé de
pronto sin cerrar la ventana
y me quedé
dormida con los ojos abiertos.
Bien sabéis que
respiro apenas por milagro,
que estoy de
adiós radiante,
de hasta pronto
y no vuelvo.
Dejadme pues
alzar este rato de música,
este paisaje
breve donde hago maromas,
esta ilusión que
tiene un misterio imponente.
Dejadme dar la
vuelta de la flor contra el viento
o ser
sencillamente una mujer cualquiera
a quien salvó el
demonio.
Carilda Oliver
Cuba
Matanzas, 6 de julio de 1922
Matanzas, 29 de agosto de 2018
Matanzas, 29 de agosto de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario