Anduve por la
raíz de la lluvia
hasta esta casa
sucia y corroída.
La humedad cubre
las paredes,
el polvo domina
el aire.
La tarde
anticipa la noche
y en lo oscuro
trabajará el óxido
en llaves y
herrajes.
Y es amargo
el pan con que
me alimento.
Y es turbia el
agua que bebo.
Y la voz que
oigo, o creo oír,
parece llegar
del otro lado del mundo
y apenas si
proviene del cuarto contiguo,
vacío, y no es
sino una falla
en el apretado
tejido del silencio.
(Afuera y a lo
lejos,
un perro ladra a
la lluvia,
la lluvia lo
moja, con saña, con indiferencia).
Carlos Barbarito
Argentina
Pergamino, 6 de
febrero de 1955
1 comentario:
Gracias por publicar este viejo poema, que casi habla olvidado. Gracias, entonces, por recuperarlo y darle otra vez vida. Un saludo!
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